En respuesta a lo que Benjamin llama “lucha por la fe” de cristianos perseguidos en Oriente Medio, África y Asia, una razón por la que no salen mucho en los medios occidentales es que, en el corazón de eso que solíamos llamar la Cristiandad, éstos básicamente se han rendido. El gran Giulio Meotti informa desde Francia:
En Quai Malakoff, Nantes, la vieja Iglesia de San Cristóbal se ha convertido en la Mezquita de Forqane. […] La Federación Nacional de la Gran Mezquita de París, el Concilio Democrático de Musulmanes de Francia y el Collectif Banlieues pidieron a la Iglesia Católica, con un espíritu de “solidaridad interreligiosa”, que alquilase las iglesias vacías a los musulmanes para sus plegarias de los viernes.
Y en Alemania:
Según un informe en la revista semanal Spirit, en los próximos dos años 15.000 de las actuales 45.000 iglesias de Alemania, un tercio del total, serán derribadas o vendidas.
La iglesia de la Sagrada Familia en Barmstedt ha sido derribada. […] En Hamburgo, una iglesia luterana ha sido comprada por la comunidad musulmana. […] En Spandau, la iglesia de San Rafael es ahora un supermercado, mientras que en la ciudad de Karl Marx las iglesias se convierten en gimnasios. En Colonia, una iglesia ha sido transformada en una lujosa residencia con piscina privada.
Y en los Países Bajos:
En Helmond, una ciudad al sur de Bilthoven, un supermercado se ha trasladado a lo que antes fue una iglesia. Se ha abierto una biblioteca en una iglesia dominicana en Maastricht, mientras dos iglesias en Utrecht y Ámsterdam se convirtieron hace poco en mezquitas.
Y en el Reino Unido:
Una iglesia católica en el Reino Unido ha sido vendida a la comunidad musulmana. La iglesia católica de San Pedro, en Cobridge, será la Mezquita Madina.
Es difícil no admirar a esos valientes cristianos de Egipto, Nigeria, Paquistán, sus iglesias bombardeadas, sus congregantes atacados, pero sus corazones llenos y su fe firme. La Europa post-cristiana tiene un agujero en su corazón – y un agujero acaba llenándose con algo.